Autor: Angie Duarte, Bióloga [@nurien15]
Jueves, 6 de marzo de 2025
Mientras revisaba algunas fotos de mis salidas a pajarear, buscando registros de reinitas del género Setophaga para compartir en el grupo de WhatsApp de SONORA, me detuve a pensar en estas pequeñas aves. Son escurridizas, siempre activas, moviéndose entre las hojas en busca de alimento, lo que hace difícil fotografiarlas. Pero verlas siempre es un placer.
También pensé en los largos y extenuantes viajes que realizan cada año. Atraviesan miles de kilómetros, enfrentando la inclemencia del clima, la falta de alimento, los depredadores y, cuando por fin llegan a sus destinos, muchas veces descubren que el bosque que solían utilizar ha sido reemplazado por potreros o enormes edificios. En estos entornos urbanos, su travesía puede terminar trágicamente al chocar contra ventanas de vidrio que reflejan el cielo o la vegetación, una de las realidades que afecta muchas especies migratorias.
Foto 1. Josh Henderson - Departamento de policía de Galveston (Texas, EEUU)
Tomado de: The New Zealand Helard
Brulliard, K. (2017, mayo 11). One tall building. One dark and stormy night. 395 dead birds. NZ Herald. Recuperado de https://www.nzherald.co.nz/nz/one-tall-building-one-dark-and-stormy-night-395-dead-birds/PCTBDW5LVFXVNCVSSGHQJONNZM/
Me viene a la mente una imagen devastadora: cientos de pájaros migratorios inertes en el suelo, al pie de un rascacielos de cristales que, sin intención, se convirtió en una trampa mortal (ver: Foto 1). A pesar de estos obstáculos, las reinitas siguen adelante, volando incansables en busca de un refugio. Son un recordatorio de la majestuosidad de la naturaleza y de la increíble capacidad de las aves migratorias para superar desafíos que aún no comprendemos del todo (ver: Foto 2).
Si queremos seguir maravillándonos con estos viajes asombrosos, es urgente tomar acción. Pequeños cambios pueden marcar la diferencia: diseñar edificios con cristales visibles para las aves (calcomanías, patrones grabados o estampados), reducir las luces nocturnas durante la temporada migratoria y conservar los hábitats naturales que ellas necesitan para descansar y alimentarse. Así, quizás en el futuro, sus viajes no sean una lucha constante por la supervivencia, sino un testimonio de la belleza y la resiliencia de la vida en movimiento.
Foto 2. Setophaga striata "Reinita Rayada"
© Angie Duarte [@nurien15]